La conservación plena de la moralidad se antepone a mis manías, a mis rabias y mis dudas.
La interposición a través de medios no-normativos genera tu indignación, tristeza, depresión, decepción.
El artefacto de captura te moldeó a la perfección y lo reproducís a través de discursos constantes con tus frases de esperanza fútil y objetivos perpetuantes de la mierda humana, que sos vos y todo eso que te rodea.
El biopoder transversalmente la inventó, vos te la chupás.
No tengo por qué agradecerte que me hayas creado dentro del sometimiento y me reprimas por intentar pensar la libertad, solamente pensarla.
Y mis actos te repugnan, me enferma saber que te quejás de una familia a la cual vos te sometiste voluntariamente.
Mis prácticas son mi emancipación, mi orgullo, tu frustración.
Pero claro, sos un efecto certero y selecto del capitalismo del sexo frustrante, la consolidación del puro matrimonio y lxs hijxs sumisxs y felices.
No te tengo compasión. Me das lástima.
Algún día.
Algún día va a explotar.
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