jueves, 5 de abril de 2012

Las putas no merecen hijos así

Si la creación de paradigmas dependiera no sólo de un seguimiento analítico y enajenado de las hipótesis, desde ya que el infierno de esta humanidad -aunque sea- tendría un porvenir, una semilla de re-construcción.
Al igual que es sencillo señalar, apuntar, tildar y juzgar continuamente -no porque sea natural, mucho menos genético- también lo es crear y formarse una ideología de algo que por empezar, no aplicamos a nuestra cotidianeidad: es muy lindo llenarse la boca sobre la paz, y en la misma sintonía comer en Mc'donalds y abalar los distintos accionares del Imperialismo sobre el mundo entero.


La vida está llena de contradicciones, y lo sabemos. Lo que todavía no parecemos concebir es que la autoteoría es una necesaria parte de nuestra toma de posturas.
De la misma manera en que abalamos el instinto maternal, y acusamos con furia a una "madre" que mata a su hijx, pero nos parecen "casos aislados" los ataques a los así llamados homosexuales; es esperable que no compre-hendamos cómo nuestras mentes y cuerpos son constantes máquinas reproductoras de un entramado de dispositivos políticos configurado, por default, desde nuestra infancia y primeros contactos sociales.


Para ver más allá del horizonte hay que romper con lo pactado, que nada tiene que ver con "estar por fuera del sistema", lo cual es de por sí algo imposible de llevar a cabo en un sistema que tiene la particularidad -entre otras- de matar a todx aquél que intentara escaparle: quién vive hoy por fuera del consumismo, de las influencias publicitarias, de los medios, etc.
No soy más o menos revolucionaria por agitar una bandera del Partido Obrero, ni por pedir derechos humanitarios. Nadie es, en esta medida, un eje de cambio si no parte de que todo lo que conocemos -y aceptamos- como dado y santificado, es producto de una manipulación biopolítica a nivel macro y micro: el poder de eliminar y excluir ya no está en las armas, en el acto soberano en sí de entornarlas, sino en crear en cada unx de nosotrxs un potencial exlcuidor, discriminador y feliz reproductor del post-capitalismo avanzado.
Una hipótesis testeada "desde y para sí" implicaría a nivel masivo una destrucción de los aspectos internalizados, y lo más importante, un empoderamiento de nuestras capacidades que -sólo los aliens lo saben- nos abriría camino a un horizonte más allá de esta puesta en escena performática, que son nuestras vidas.

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