viernes, 6 de mayo de 2011

Tus esclavos

El hombre no es, en efecto, una especie biológicamente definida ni una sustancia dada de una vez y para siempre; es, más bien, un campo de tensiones dialécticas ya cortado por cesuras que separan siempre en él -al menos virtualmente- la animalidad antropófora y la humanidad que se encarna en ella.



El hombre existe históricamente tan solo en esta tensión, puede ser humano sólo en la medida en que trascienda y transforme el animal antropóforo que lo sostiene; sólo porque, a través de la acción negadora, es capaz de Dominar y, eventualmente, destruir su misma animalidad.





Snob- L’aperto.

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